A diferencia de otros videojuegos educativos, "Grillos vs. Chapulines" ofrece una experiencia inmersiva y desafiante que ha demostrado aumentar el conocimiento sobre insectos comestibles en seis de cada diez niños que lo han jugado. Además, promueve la revalorización de las tradiciones alimentarias y la importancia de una dieta sostenible.